08-05-2012, 09:12 AM
Este curso, el primero de Universidad, ha sido también el primero que he vivido fuera de mi casa. Y ha sido bastante curioso.
Llegué a Fuenlabrada con la intención de ver cuatro pisos con los que había concertado una cita. Dos de ellos me decepcionaron bastante, y otro no estaba en casa cuando fui (y habíamos quedado... ). Así que solo me quedaba por ver el último. Era un piso de tres habitaciones, bastante viejo y pequeño, en el que vivían dos orcos de Mordor que compartían su habitación. Una trabajaba en Starbucks y la otra en una tienda de deportes. Alquilaban dos habitaciones. La que me ofrecieron a mí estaba bastante bien. Tenía una estantería, escritorio, mesita de noche, armario, ventana, cama... vamos, una habitación normal y corriente. Tenían un gato, y a mí me encantan. La única pega que le vi era que en la terraza había una especie de jaula gigante con codornices chinas. Me dijeron que las vendían, y que en cuanto las vendiesen todas, quitaban la jaula.
Accedí a quedarme allí. Las condiciones eran 250 euros al mes + gastos comunes (agua, luz, internet, GolTV). Los primeros días estuvieron bien, estaba tranquilo, iba conociendo gente en la universidad. Hubo un par de sorpresas que me molestaron cuando me instalé definitivamente: el gato se multiplicó, resulta que habían tres. Pero habían encerrado a dos de ellos en su habitación para que "no molestasen a los que vinieran a ver el piso". Pasable. No solo no se deshicieron de las codornices, sino que pusieron otra jaula en la terraza con sus respectivos pajaritos. Entrar ahí era como ir al pueblo, una peste a mierda de pájaro tremenda. Y no se podían abrir las ventanas porque tenían miedo a que se cayese un gato
Cuando llegué allí, la habitación de al lado la acababa de dejar un argentino bastante simpático que se volvía a su tierra con su familia. Conviví un par de días con él, y ya me avisó: "si me voy del piso, es por algo", me dijo... pero no le di mucha importancia. Estos argentinos, pensé, qué exagerados son siempre. ¡Y un cojón! Vaya que si tenía razón el boludo. Me dijeron que la habitación la ocuparía una chica de mi edad que venía a estudiar a mi universidad. Perfecto, pensé. Me imaginaba una tía medianamente guapa y simpática con la que convivir y lo que surgiera xD
El día que llegó se me cayó el mundo encima. María se llamaba. Pero seguro que en su pueblo la llamaban la fea. Tenía la cara medio deforme, su cuerpo tenía de femenino lo que Rajoy de carismático y era más sosa que el menú de un hipertenso. Y encima, pasados los días, descubrí que era una borde de cuidado, la japuta. Le pedí que me dejase un momento una hoja que había repartido el profesor de una asignatura que teníamos en común para copiar los enunciados de unos ejercicios, y se negó. Fue algo así:
- Oye María, ¿me podrías dejar la hoja que repartió ayer Sarmiento para copiar los enunciados? Es que no la encuentro...
- No.
-
Yo pasaba de ellas al máximo, iba a mi bola. Ellas entre sí eran superamiguitas (la fea se encontró como en casa con sus congéneres mordorianas), jugaban juntas en un equipo de fútbol, se iban a ver musicales y cosas que a mí me importaban una mierda.
La limpieza general era un caso aparte. Desde un primer momento, se decidió por mayoría (ellas 3 contra mí) que cada uno se dedicaría a una parte fija de la casa. A mí me tocó el salón (yo nunca he hecho vida en el salón, el tiempo que paso en casa lo paso en mi cuarto). Lo más fácil, en principio. Una polla. No recogían NADA. Se supone que mi labor era barrer, fregar, limpiar y poca cosa más. Pues en el tiempo que estuve allí me tocó recoger platos, envases (de todo tipo), zapatillas y calcetines sucios, vómitos (quiero pensar que eran vómitos) de los gatos y hasta en una ocasión vi (obviamente, ni lo toqué) unas bragas en el suelo. Llegué a un punto en el que me harté de recogerles su mierda (se lo dejaba todo amontonado en la puerta de su habitación para ver si captaban la indirecta y lo que hacían era tirarlo otra vez todo en el salón ) y pasé de limpiar el salón dos semanas. En vista de que los calcetines se amontonaban y el olor a pies empezaba a persistir esperaron a que saliera de fiesta y a la mañana siguiente, cuando volvía, aún con el ron Almirante (la bebida del estudiante) subido a la cabeza, me encontré en mi habitación una carta en la que hablaban de respeto, convivencia, que estaban hartas de mi actitud y mierdas de esas. Me eché unas risas, guardé la cartita y el salón siguió sin limpiarse otra semana. Esa semana traté de esquivarlas al máximo, no me apetecía cruzarme con ellas porque les iba a soltar un par de lindezas, y al fin de semana siguiente me habló la "orco líder" (una de las personas más falsas que nunca he conocido) por el Tuenti, pidiéndome perdón si estaba enfadado. Le dije que ok, que pasaba del tema, que ya limpiaría el salón y vino a mi cuarto a darme un abrazo. Jesús de mi vida, qué grima.
Y bueno, tampoco me voy a extender muchísimo. Entre otras cosas, me robaban comida, entraban en mi habitación cuando no estaba (podrían tener el detalle y dejar las cosas en el sitio en que estaban ), llenaban mi armario de la cocina de cosas suyas (por más que las sacaba y le decía que las metieran en su armario, volvían a ponerlas), no fregaban nunca los platos (siempre que quise usar una sartén/olla, e incluso un plato o un vaso los tuve que fregar yo y quitarles su mierda, que ya estaba adherida y creando una civilización propia como en los Simpsons), jugaban al Singstar constantemente (si al menos cantasen bien... pero chillaban como chimpancés puestos de coca), hablaban a gritos, aun estando en el mismo sitio (nunca pude estudiar allí, me tenía que ir a la biblioteca de la universidad), una de ellas se duchaba 3 veces al día y las otras dos, dos cada una y más de una vez me tuve que duchar con agua fría porque habían agotado la caliente... en fin. Un sinvivir.
Tan hasta los cojones estaba que, al volver de las vacaciones de Navidad, el 8 de enero conseguí un nuevo piso, y empecé a hacer la mudanza silenciosamente. El día antes de llevarme los últimos bártulos, les avisé de que al día siguiente dejaba el piso. Le dije que no le iba a pedir el mes de fianza (pese a que ese mes solo "viviría" allí 11 días), pero no contenta con eso, me exigió 50 euros más por los "gastos comunes" de enero. Contesté que ni de coña le iba a pagar por tres días que hubiera estado ahí, y que, en todo caso, todos los meses habían rondado los 30, que no sabía de dónde salían esos 50. Y me dijo que eran los gastos de Navidad, que se habían quedado ella y su orcompañera de habitación en la casa... pretendían que les pagase las Navidades xD
Me fui sin despedirme de aquella casa de locos (locas) dejando un par de regalitos en agradecimiento por su exquisito trato y, cuando les dejé las llaves en el buzón, recibí en el Tuenti un precioso MP del que aún me descojono cada vez que lo leo:
11 de Ene, 23:24
Ante todo gracias por traerme las llaves.
Por lo del dinero, nose porque crei que pudieras saldar tus deudas, todo facchada, al igual que tu madre muy valientes los dos, uno no coge el telefono y la otra cuelga, si señor aplaudo la educacion, nose porque me sorprendo de que fueras sin avisar y te importe un cojon y medio. Ojala te quedes tu un dia con una mano delante y otra detras...o que el supuesto piso que tienen tus padres en cadiz alquilado se les vayan los inquilinos, te dejen la habitacion apestando a vino blanco, el armario lleno de vino blanco, el pan bimbo podrido en el armario, muchas gracias por dejarnos toda tu mierda....
As venido creyendote un señor que se va a comer madrid, y eres un crio que va a ser deborado por madrid.
Mucha suerte!
Un placer aprender de gente como tu.
Ahora vivo con un señor de 47 años que me ha tratado de puta madre el tiempo que he estado aquí. Una vez me cogió un yogur marca Carrefour y fue expresamente al Carrefour (que está a tomar por culo de mi casa) para comprar unos yogures de la misma marca y dejarme justo el del sabor que me cogió. Todo un señor. Dentro de 5 días dejo el piso porque ya he terminado el curso, me da pena porque este hombre es un crack. Trabaja como agente de viajes en Tailandia la mitad del año y es un tío de cultura, le echaré de menos.
Y bueno, lo siento por el tocho pero así es mi historia. Espero que la disfrutéis tanto como yo xD
Llegué a Fuenlabrada con la intención de ver cuatro pisos con los que había concertado una cita. Dos de ellos me decepcionaron bastante, y otro no estaba en casa cuando fui (y habíamos quedado... ). Así que solo me quedaba por ver el último. Era un piso de tres habitaciones, bastante viejo y pequeño, en el que vivían dos orcos de Mordor que compartían su habitación. Una trabajaba en Starbucks y la otra en una tienda de deportes. Alquilaban dos habitaciones. La que me ofrecieron a mí estaba bastante bien. Tenía una estantería, escritorio, mesita de noche, armario, ventana, cama... vamos, una habitación normal y corriente. Tenían un gato, y a mí me encantan. La única pega que le vi era que en la terraza había una especie de jaula gigante con codornices chinas. Me dijeron que las vendían, y que en cuanto las vendiesen todas, quitaban la jaula.
Accedí a quedarme allí. Las condiciones eran 250 euros al mes + gastos comunes (agua, luz, internet, GolTV). Los primeros días estuvieron bien, estaba tranquilo, iba conociendo gente en la universidad. Hubo un par de sorpresas que me molestaron cuando me instalé definitivamente: el gato se multiplicó, resulta que habían tres. Pero habían encerrado a dos de ellos en su habitación para que "no molestasen a los que vinieran a ver el piso". Pasable. No solo no se deshicieron de las codornices, sino que pusieron otra jaula en la terraza con sus respectivos pajaritos. Entrar ahí era como ir al pueblo, una peste a mierda de pájaro tremenda. Y no se podían abrir las ventanas porque tenían miedo a que se cayese un gato
Cuando llegué allí, la habitación de al lado la acababa de dejar un argentino bastante simpático que se volvía a su tierra con su familia. Conviví un par de días con él, y ya me avisó: "si me voy del piso, es por algo", me dijo... pero no le di mucha importancia. Estos argentinos, pensé, qué exagerados son siempre. ¡Y un cojón! Vaya que si tenía razón el boludo. Me dijeron que la habitación la ocuparía una chica de mi edad que venía a estudiar a mi universidad. Perfecto, pensé. Me imaginaba una tía medianamente guapa y simpática con la que convivir y lo que surgiera xD
El día que llegó se me cayó el mundo encima. María se llamaba. Pero seguro que en su pueblo la llamaban la fea. Tenía la cara medio deforme, su cuerpo tenía de femenino lo que Rajoy de carismático y era más sosa que el menú de un hipertenso. Y encima, pasados los días, descubrí que era una borde de cuidado, la japuta. Le pedí que me dejase un momento una hoja que había repartido el profesor de una asignatura que teníamos en común para copiar los enunciados de unos ejercicios, y se negó. Fue algo así:
- Oye María, ¿me podrías dejar la hoja que repartió ayer Sarmiento para copiar los enunciados? Es que no la encuentro...
- No.
-
Yo pasaba de ellas al máximo, iba a mi bola. Ellas entre sí eran superamiguitas (la fea se encontró como en casa con sus congéneres mordorianas), jugaban juntas en un equipo de fútbol, se iban a ver musicales y cosas que a mí me importaban una mierda.
La limpieza general era un caso aparte. Desde un primer momento, se decidió por mayoría (ellas 3 contra mí) que cada uno se dedicaría a una parte fija de la casa. A mí me tocó el salón (yo nunca he hecho vida en el salón, el tiempo que paso en casa lo paso en mi cuarto). Lo más fácil, en principio. Una polla. No recogían NADA. Se supone que mi labor era barrer, fregar, limpiar y poca cosa más. Pues en el tiempo que estuve allí me tocó recoger platos, envases (de todo tipo), zapatillas y calcetines sucios, vómitos (quiero pensar que eran vómitos) de los gatos y hasta en una ocasión vi (obviamente, ni lo toqué) unas bragas en el suelo. Llegué a un punto en el que me harté de recogerles su mierda (se lo dejaba todo amontonado en la puerta de su habitación para ver si captaban la indirecta y lo que hacían era tirarlo otra vez todo en el salón ) y pasé de limpiar el salón dos semanas. En vista de que los calcetines se amontonaban y el olor a pies empezaba a persistir esperaron a que saliera de fiesta y a la mañana siguiente, cuando volvía, aún con el ron Almirante (la bebida del estudiante) subido a la cabeza, me encontré en mi habitación una carta en la que hablaban de respeto, convivencia, que estaban hartas de mi actitud y mierdas de esas. Me eché unas risas, guardé la cartita y el salón siguió sin limpiarse otra semana. Esa semana traté de esquivarlas al máximo, no me apetecía cruzarme con ellas porque les iba a soltar un par de lindezas, y al fin de semana siguiente me habló la "orco líder" (una de las personas más falsas que nunca he conocido) por el Tuenti, pidiéndome perdón si estaba enfadado. Le dije que ok, que pasaba del tema, que ya limpiaría el salón y vino a mi cuarto a darme un abrazo. Jesús de mi vida, qué grima.
Y bueno, tampoco me voy a extender muchísimo. Entre otras cosas, me robaban comida, entraban en mi habitación cuando no estaba (podrían tener el detalle y dejar las cosas en el sitio en que estaban ), llenaban mi armario de la cocina de cosas suyas (por más que las sacaba y le decía que las metieran en su armario, volvían a ponerlas), no fregaban nunca los platos (siempre que quise usar una sartén/olla, e incluso un plato o un vaso los tuve que fregar yo y quitarles su mierda, que ya estaba adherida y creando una civilización propia como en los Simpsons), jugaban al Singstar constantemente (si al menos cantasen bien... pero chillaban como chimpancés puestos de coca), hablaban a gritos, aun estando en el mismo sitio (nunca pude estudiar allí, me tenía que ir a la biblioteca de la universidad), una de ellas se duchaba 3 veces al día y las otras dos, dos cada una y más de una vez me tuve que duchar con agua fría porque habían agotado la caliente... en fin. Un sinvivir.
Tan hasta los cojones estaba que, al volver de las vacaciones de Navidad, el 8 de enero conseguí un nuevo piso, y empecé a hacer la mudanza silenciosamente. El día antes de llevarme los últimos bártulos, les avisé de que al día siguiente dejaba el piso. Le dije que no le iba a pedir el mes de fianza (pese a que ese mes solo "viviría" allí 11 días), pero no contenta con eso, me exigió 50 euros más por los "gastos comunes" de enero. Contesté que ni de coña le iba a pagar por tres días que hubiera estado ahí, y que, en todo caso, todos los meses habían rondado los 30, que no sabía de dónde salían esos 50. Y me dijo que eran los gastos de Navidad, que se habían quedado ella y su orcompañera de habitación en la casa... pretendían que les pagase las Navidades xD
Me fui sin despedirme de aquella casa de locos (locas) dejando un par de regalitos en agradecimiento por su exquisito trato y, cuando les dejé las llaves en el buzón, recibí en el Tuenti un precioso MP del que aún me descojono cada vez que lo leo:
11 de Ene, 23:24
Ante todo gracias por traerme las llaves.
Por lo del dinero, nose porque crei que pudieras saldar tus deudas, todo facchada, al igual que tu madre muy valientes los dos, uno no coge el telefono y la otra cuelga, si señor aplaudo la educacion, nose porque me sorprendo de que fueras sin avisar y te importe un cojon y medio. Ojala te quedes tu un dia con una mano delante y otra detras...o que el supuesto piso que tienen tus padres en cadiz alquilado se les vayan los inquilinos, te dejen la habitacion apestando a vino blanco, el armario lleno de vino blanco, el pan bimbo podrido en el armario, muchas gracias por dejarnos toda tu mierda....
As venido creyendote un señor que se va a comer madrid, y eres un crio que va a ser deborado por madrid.
Mucha suerte!
Un placer aprender de gente como tu.
Ahora vivo con un señor de 47 años que me ha tratado de puta madre el tiempo que he estado aquí. Una vez me cogió un yogur marca Carrefour y fue expresamente al Carrefour (que está a tomar por culo de mi casa) para comprar unos yogures de la misma marca y dejarme justo el del sabor que me cogió. Todo un señor. Dentro de 5 días dejo el piso porque ya he terminado el curso, me da pena porque este hombre es un crack. Trabaja como agente de viajes en Tailandia la mitad del año y es un tío de cultura, le echaré de menos.
Y bueno, lo siento por el tocho pero así es mi historia. Espero que la disfrutéis tanto como yo xD
Saludos,
Víctor.