04-04-2009, 03:54 PM
Muy buenos Bender!!! aqui van otros mios.
En un estadio se está celebrando la final del concurso mundial de padres. El estadio está abarrotado, más de 100.000 personas. El arbitro presenta al primer finalista:
El primer finalista es Mariano con 1.000 hijos en toda su vida. Y todo el público le aplaude y le anima.
¡Bien, bien, bravo!
Continúa el arbitro:
El segundo finalista es Patricio, con 2.000 hijos en toda su vida.
Y todo el público:
¡Bravo, bravo, viva!
Y por fin, dice el arbitro:
El último finalista es Juan, y todo el público:
¡Papi, papi!
Un hombre tenía unos boletos para la final del Mundial de fútbol. Cuando se sienta, otro hombre se le acerca y le pregunta si está ocupado el asiento junto a él.
- No -le contesta-, está desocupado.
- Es increíble que no haya venido su dueño -dice el hombre-. ¿Quién en su sano juicio tiene un asiento como éste para la final del Mundial, el mayor acontecimiento del mundo, y no lo usa?
Le responde el primero:
- Bueno, en realidad el asiento es mío. Lo compré hace 2 años. Se supone que mi esposa me iba a acompañar, pero falleció. Éste es el primer Mundial en el que no vamos a estar juntos desde que nos casamos en 1982.
- Oh... Qué pena me da oír eso. Es terrible, pero ¿no pudo encontrar a alguien más, no sé... un amigo o pariente o incluso un vecino para que usara el asiento?
El hombre niega con la cabeza.
- Pues no. Todos están en el entierro.
En un estadio se está celebrando la final del concurso mundial de padres. El estadio está abarrotado, más de 100.000 personas. El arbitro presenta al primer finalista:
El primer finalista es Mariano con 1.000 hijos en toda su vida. Y todo el público le aplaude y le anima.
¡Bien, bien, bravo!
Continúa el arbitro:
El segundo finalista es Patricio, con 2.000 hijos en toda su vida.
Y todo el público:
¡Bravo, bravo, viva!
Y por fin, dice el arbitro:
El último finalista es Juan, y todo el público:
¡Papi, papi!
Un hombre tenía unos boletos para la final del Mundial de fútbol. Cuando se sienta, otro hombre se le acerca y le pregunta si está ocupado el asiento junto a él.
- No -le contesta-, está desocupado.
- Es increíble que no haya venido su dueño -dice el hombre-. ¿Quién en su sano juicio tiene un asiento como éste para la final del Mundial, el mayor acontecimiento del mundo, y no lo usa?
Le responde el primero:
- Bueno, en realidad el asiento es mío. Lo compré hace 2 años. Se supone que mi esposa me iba a acompañar, pero falleció. Éste es el primer Mundial en el que no vamos a estar juntos desde que nos casamos en 1982.
- Oh... Qué pena me da oír eso. Es terrible, pero ¿no pudo encontrar a alguien más, no sé... un amigo o pariente o incluso un vecino para que usara el asiento?
El hombre niega con la cabeza.
- Pues no. Todos están en el entierro.