06-07-2013, 21:54
(06-07-2013, 20:07)Vancarl escribió: No puedes ver enlaces como invitado. Regístrate o conectate para verlo."The King"
Cuando cayó el meteorito conseguiste meterte en un bunker gracias a tus conocimientos de programación y contactos que conseguiste, la lista fue modificado y te influyeron en ella, curioso o no tus jefes que te despidieron se quedaron fuera, una gran satisfacción. Durante el año y medio que estuviste dentro no te relacionaste con nadie apenas, y tu vida consistía en sobrevivir hasta poder salir de ese maldito agujero. Al final después de mucha espera el dispositivo que tenía el bunker para señalar que el aire era respirable se ponía verde y daba la señal. Cautelosamente salís del bunker que se encontraba en el Monte Fuji, gracias a ello no notasteis apenas lo que había acontecido en ese tiempo. Al salir ves como el cielo está rojo, el aire es difícil de respirar, un responsable os reparte unas máscaras para no inhalar lo que sea que os dificulta la respiración, desde donde estáis no se ve nada tapado por unas rocas, pero al avanzar unos metros en la carretera veis un paisaje desolador, Japón está masacrado, los campos hechos ceniza, con lo que parecen un par de grietas en el suelo enormes, la espesa neblina del cielo no deja ver muy lejos, un hombre a tu derecha mira con unos prismáticos y del susto al ver algo se le caen al suelo, los recoges y miras en la misma dirección, Tokio destruida, más que destruida tiene lo que parece un palacio enorme de hielo en medio, es curioso todo el ambiente es cálido e incluso sospechas que de las brechas pueda salir lava pero Tokyo está en una pequeña zona totalmente congelada. La gente no sabe muy bien que hacer, las comunicaciones no funcionan, el panorama es catastrófico, habrá que empezar a pensar que hacer porque parece que nadie lo tiene claro
Tantos meses encerrado mirando esa maldita luz roja del analizador atmosférico me estaba volviendo loco. A mi lado, una gran cantidad de desconocidos hacía tiempo que había comenzado a perder el norte y a desvariar con teorías sobre nuestra futura muerte. Si ya de por si les odiaba y no quería saber nada de ellos, cuando comenzaron a delirar sobre su negro futuro tan solo pensaba en que ese momento llegara pronto y me dejaran consumir mi tiempo vital en una profunda, silenciosa y claustrofóbica paz. Hasta que un día, ya no se cual porque había perdido la cuenta, la luz se volvió verde y mis compañeros se pusieron como locos a cantar y a gritar. Yo por mi parte, me dirigí a la salida y cogí una de las máscaras anti-gas y salí a la superficie, siguiendo todos y cada uno de los pasos que había indicados en el cartel que tuve enfrente durante cerca de año y medio y que había leído infinitas veces.
Al salir fuera, el cielo rojo cobrizo me cegó. No es que hubiera una luz ambiental muy intensa, pero mis púpilas se habían acostumbrado al blanco iridiscente de los tubos de neón. Tras unos segundos en los que mi visión se reducía a cuatro sombras cercanas, poco a poco fui recobrando la normalidad y empecé a apreciar el devastador paraje que me rodeaba. Los bosques y cultivos que tanto color le daban a la región estaban teñidos de un gris ceniza y de un olor rancio como el de las tostadas requemadas. Por un instante dudé de si realmente merecía la pena salir aquí afuera o quedarme anclado para siempre en el bunker con los estúpidos que me han acompañado durante todo este tiempo. Pero en ese momento uno de ellos, que se encontraba mirando por los prismáticos, realizó un sonido extraño y cayó desplomado a tierra. Me acerqué a el, vi su cara de pavor, y recogí los prismáticos. Miré hacía donde miraba el tipejo este y...
- Kōri? (¿Hielo?)
- Kōri no kyūden? (¿Un palacio de hielo?)
- Panete o shussan shita hahaoya! (La madre que parió a Panete!)
Tiré los prismáticos al suelo y volví a entrar al bunker. Me senté donde siempre, sin quitarme la máscara, y resoplando pensé hacia mis adentros: "¿Que coño ha pasado aquí? ¿Que coño es el palacio congelado que hay en mitad de un territorio chamuscado y más propio del infierno? ¿Porque me está cogiendo la pierna este japonés llorica?"
Tras deshacerme de este perro faldero con corbata, me senté a reflexionar. Aunque la cabeza la tenía bloqueada de tantas preguntas que me quería plantear a la vez. Mi cabeza se me estaba colapsando, iba a estallar! Como si de un flash se tratara, una imagen de mi amiga Stacy me pasó por la cabeza. La mente se quedo en blanco, vacía totalmente, y un lejano eco de voz me repetía en mi interior el nombre de Stacy.
Tomé, por primera vez, una decisión en la que no solo imperaba mi ego. Decidí que tenía que bajar a Tokyo a buscar a Stacy y saber que habría sido de ella. ¿Porque no le reservé una plaza para ella cuando me infiltré en la base de datos? Ella es mi mejor, amiga. Es mi única amiga. Debo encontrarla!
Así que me dediqué a examinar el bunker en busca de cualquier cosa que me pudiera servir y con ello preparar mi misión. Este iba a ser el primer paso de mi plan: hacerme con el control del bunker y desde allí planear como bajar de nuevo hasta Tokyo. Debía convertirme en el Bunker King!